Para cualquiera, empresa o particular, tener un impago por parte de un cliente, inquilino o cualquier deudor, supone un verdadero problema, que además se está incrementando en los últimos meses. La crisis económica y sanitaria que estamos viviendo es la principal causante de este incremento de deudas impagadas.
Ante estas situaciones, lo más indicado es realizar un procedimiento de reclamación judicial de impago de deudas.

El procedimiento es sencillo y relativamente rápido. Con él se pretende agilizar el cobro de las deudas y para poder llevarlo a cabo con garantías es imprescindible que la deuda pueda estar justificada con facturas, albaranes, etc.
El proceso es el siguiente. Se realiza una reclamación formal de la deuda por parte de la persona física o jurídica, al cliente o moroso. Este paso es indispensable justificar para poder reclamar vía judicial. Si no obtenemos como resultado la liquidación del pago, se procederá a interponer una demanda en el juzgado de Primera Instancia. En este momento se inicia un proceso de notificaciones y alegaciones que desembocará en un primer juicio oral donde se presentarán las pruebas y se llagará a un acuerdo en Sede Judicial, o bien será un juez quien determine la sentencia.